domingo, 31 de mayo de 2009

SARAKAANA PUSHAINA
(Narraciones)

El Adulterio de la Mujer
Utta era mandado nuevamente tras el caso de una mujer que cometió adulterio. El adulterio ha existido desde siempre. Entonces los viejos, familiares del marido, le dijeron a Utta que ellos querían que se les devolvieran los animales, el mismo número de vacas y de mulas que habían dado por ella.
Como Utta sabía mucho sobre estas cosas les dijo:
-Si ustedes quieren que se les devuelva todos los animales yo puedo hacérselos retornar-.
Entonces le dijeron a Utta. - Por haber cometido adulterio, esa mujer tiene que pagar esa afrenta porque el dolor de una afrenta debe ser pagada, ahora, también, debe pagar sus pedos. Aparte le dijeron a Utta: - Esto no es un chiste, es en serio que eso se paga-.
¿Quién no lanza ventosidades? Todo el mundo se peda, por esa razón se debe pagar por aparte.
Ah... dijo Utta, así se hará, pero entonces sería bueno que estuviese presente allí, el que pidió los animales para que los devuelva. Llamaron luego a la persona que hizo el cobro en animales por la mujer adultera, cuando llegó Utta le dijo: -Aquí he llegado frente a ti porque tu fuiste quien cobró los animales por esta mujer, estos deben ser devueltos en su totalidad y, además, tú debes pagar por aparte sus pedos y la afrenta recibida. Esto le dijo Utta al Wayuu (Pütchipala) que se sentó a escuchar su palabra Utta encontró como Pütchipala a un Wayuu Püsichi,80 este también era un palabrero, pero no, como Utta, pues no tenía un buen manejo de la palabra. Llegaba de madrugada como a eso de las dos o tres de la mañana mientras que Utta llegaba con el sol.
- Ah... Le dijo Püsichi a Utta.
Utta le contesta: Estas son mis palabras para ti, para que las hagas pagar.
Püsichi dice: Bueno así será de parte mía y les dice a los otros Wayuu.
Los animales deben ser devueltos y será mejor que los devolvamos, en fin de cuentas esa mujer va a ser pagada nuevamente, pues si toma otro marido será cobrada de nuevo. Es mejor así para que nuestra tierra esté despejada y no haya peleas-.
Y esto era verdad lo que decía Püsichi. Entonces los Wayuu le hicieron caso a Püsichi.
-Yo te voy a contar ahora dijo Püsichi lo que pagaron por esta mujer, fueron cinco vacas escoteras, tres collares, cuatro con uno de tu’uma porque era mujer rica. Los collares (kakuuna) allí están, entonces llamó a una anciana y le dijo: Busca los collares (kakuuna) para que sean devueltas y ese hombre no diga nada más ¿Cuántos collares (kakuuna) te di en esa ocasión?. Ella responde: solo fueron cuatro, entre los cuales había una ensarta de tu’uma, porque era una mujer rica, por ellas se daba una ensarta de collar de tu’uma legítima que diera más abajo del ombligo, mientras que por las otras mujeres no se daban tu’uma sino una ensarta de oro, un collar con saltapiedras y cosas más pequeñas para las mujeres de abajo o pobres.
Eso fue rechazado por Utta quien dijo:
- Donde está el acrecentamiento del bien, acaso tú no llegaste sola y te regresas con un hijo por lo tanto ya no eres una sino dos, además- continua diciendo Utta.- se debe pagar la afrenta y por sus pedos se da una vaca. Allí nadie discute, ni se dan juegos porque son cosas reales que tienen un costo material. Así fue la palabra tras la cual fue enviado Utta.

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