domingo, 31 de mayo de 2009


MANUEL PEÑARANDA (MOROI EPIEYUU)

( Historia de vida. Fragmento)


“Un palabrero Wayuu es aquel que sabe arreglar las cosas que pueden pasar en la tierra de un Wayuu, es la persona que sabe hablar, que es valorada por la persona a quien se le envía, ese es el palabrero o pütchipü'ü. Hay dos clases de palabreros. El pütchipü'ü, aquel que arregla los conflictos grandes como muertes y cosas graves y el maünnapu'ui - Es aquel que cobra mujeres, heridas, golpes, cosas pequeñas. El putchipala es aquel que espera la palabra, el que se sienta a recibir la palabra. Pútche'ejena es aquel que lleva el mensaje, que es enviado a llevar la palabra. Lo del termino Púsichi es como un cuento, si he oído hablar de eso, porque el Púsichi llega cuando va a llegar algo. Es un cuento antiguo.
Entre los viejos Wayuu de los que escuche hablar, hubo uno llamado Yaitani de wopumüin y otro llamado Kastí y otros de wuinpumüin. De las cercanías de Uribia hubo un Wayuu llamado Payala y más allá otro viejo palabrero de una tierra lejana llamada Woluseechi, hijo de Iipuana. Es de estos palabreros grandes de quienes he oído hablar aunque hay otros cuyos nombres, como personas grandes que sabían hablar, han salido de sus territorios y se escuchan en todas partes como los señores que vivieron en Uribia: Glicerio Pana, Higinio Mejia e Isabel Epieyuu. Estos fueron unos personajes que tenían el don de la palabra por tal razón se cuenta o habla de ellos en los jayiichi85.
Los palabreros antiguamente se vestían con una indumentaria que infundía una imagen de respeto, se ponían she'inpalajana, su sombrero y el bastón que lleva el palabrero que se llama waraarat y lo utilizan para azotar al caballo, para espantar a los perros y para protegerse de cualquier cosa que pueda encontrarse en el camino. También lo utilizamos para dibujar en el suelo porque la tierra nos habla con un lenguaje muy especial. Ella nos orienta en lo que debemos decir, cada línea lleva el mensaje que nos da la propia tierra, si no es bien escogida nuestra palabra hacemos otras líneas en la tierra. A medida que reflexionamos sobre nuestras expresiones, gestos y movimientos meditamos sobre el cual será el hierro o la figura que la tierra quiere para que nos diga la palabra que debemos trasmitir.
De los palabreros actuales, de los que saben hablar, conozco a Rapeerü que es de Tapalajin. También he oído hablar de Ángel Amaya, yo hable con el una vez pero no me convenció mucho ya que no tuvo un manejo tan bueno y coherente de la palabra. Comenzó bien y luego se desorientó en el uso de la palabra. El buen palabrero es coherente en el discurso. Para mí, las mujeres si hacen ese papel en algunas circunstancias. Aunque la palabra de una mujer vale mucho cuando ella llama a la reflexión y le llora al pie de un hombre. Ella con el llanto entrega sus cosas diciendo: Aquí esta esto, yo quiero vivir. A veces el Pütche'ejena queda mudo cuando habla una mujer, pero, eso sí, no conozco a una mujer que se dedique al oficio de palabrero.
Entre los contemporáneos conmigo no hay todavía otra persona que maneje la palabra con habilidad, ya que la palabra no la encontramos en una parranda, no la encontramos como encontrar un papel. Para ser palabrero se entrena desde pequeño en el arte del manejo de la palabra, por eso nosotros aprendemos a hablar, nos sientan al lado de una persona mayor que nos dice, o nos enseña el uso de la palabra. Así fue como yo aprendí. Aunque desde hace rato aprendí a manejar la palabra, me daba como miedo ejercer como palabrero. Comencé a trabajar como palabrero a partir de la Secretaría de Asuntos Indígenas, a partir de allí adquirí renombre, antes no lo hacia por que me daba miedo hacer las cosas mal.
Hay varias maneras para formar un palabrero. Con el palabrero se habla desde que esta pequeño, se escoge por los tíos, teniendo en cuenta sus cualidades y se le dice: Tu me reemplazaras, sobrino mío, entonces se le apartan todas sus cosas, su pocillo y se pone a una mujer para que lo atienda exclusivamente, quién le preparará y le dará la alimentación. Se habla con él en las noches, se le enseña, pero no una sola cosa, se le enseña a manejar burros, mulas, vacas y todo lo que debe aprender. Y se le dice aquí esta esto, con lo que podrás vivir bien y estas son las palabras con las que debes responder desde este momento a las demás personas para que de esta manera nunca se le olvide lo enseñado y siempre vaya por el buen camino.
Recuerdo acerca de un caso muy grande que traté cuando trabajaba en la Secretaria de Asuntos Indígenas. Llegó una Wayuu llamada Ligia Uliana a esta oficina y me dijo: “aquí estoy yo, hijo mío. Vengo a llorarte, yo estoy aquí porque tú eres mi hijo, he oído de ti, que eres grande ahora, eso me han dicho y me he dicho así: voy a donde mi hijo, ya que yo ya no tengo donde estar, ando errante, porque perdí todo, perdí mis riquezas, perdí a mi hermano, perdí a mis sobrinos, por eso pensé que seria mejor buscarte a ti para hablar contigo, ya que me han dado ganas de ahorcarme, de morirme. Voy de un lado a otro sin rumbo fijo, estoy muy triste de ver como ando”. Eso me dijo una mujer Wayuu el día que me buscó en la Secretaria de Asuntos Indígenas.
A lo que yo le contesté: “bueno, esta bien, te voy a trabajar ese caso, por que para eso estoy aquí en esta oficina”. Y me fui entonces a donde los Epieyuu sus antiguos adversarios. Me sentaron en medio de todo esa gente y dijeron: ”Vamos a escuchar las palabras de este Wayuu, que hace reflexionar a la gente. Él está aquí para hacernos reflexionar a nosotros. Ya que no ha venido a otra cosa más que a eso”. Me dijeron aquella vez. Y las dos familias enterraron una antigua guerra que había causado la muerte de mas de quince hombres y se avinieron a la paz.
Hay faltas que son muy graves. Si una mujer virgen es violada resulta muy alto el costo de la falta debido a que ella no estuvo de acuerdo con el hecho. En la familia de ella no se verá con buenos ojos la falta. La mujer ultrajada sufre. Y su sufrimiento tiene un valor. La forma como fue ultrajada, todo eso tiene un costo y resulta un costo muy alto una acción de esa clase. A mi modo de ver lo que más le puede doler a una familia Wayuu, a nosotros los hombres sobre todo, es que alguien ultraje a una mujer de la familia y sea asesinada o a un hijo pequeño que no sepa de las cosas o faltas que cometan los mayores. Eso es doloroso. Se debe agarrar al que cometa esa falta y hacerle un daño a lo que la familia no podrá reclamar ya que será como respuesta a la ofensa o la falta a un niño o a una mujer indígena
Cuando los niños tienen un problema nosotros cobramos a nuestros hijos porque fueron grandes nuestros pesares y sufrimientos para recoger entre la familia, el pago por la mujer que dio vida a ese otro ser humano, dimos nuestros animales por querer tener una mujer que nos diera unos hijos. Por eso nosotros cobramos a nuestros hijos, en caso de que derramen sangre, por eso nosotros decimos por ejemplo, mis hijos no están prohibidos para mí para yo los abandone y no pueda reclamar algo que les sucede. A la madre le decimos que lo que le sucede a un hijo es por descuido de ella, por lo tanto ella debe pagar también su descuido con ese hijo, en estos casos el pago se puede hacer con gallinas, hilazas o también pueden dar cabras y hasta una vaca, para que quede conforme y esto también debe servir de precedente para que sepa que los hijos de una persona valen y deben ser respetadas.
Anteriormente los pagos se podían dividir hasta tres años pagaderos anualmente
El primero es llamado Isho'upünajatü - por la sangre.
El segundo. Na'inua - por el dolor del corazón.
El tercero. Nujutukalu Wayuu - el precio por la persona.
Después del ultimo pago del tercer año que es el verdadero pago por la persona Entonces es cuando dicen meses después: ya esta bueno, será mejor que nos tomemos unos tragos.
El arma del matador se pide porque el arma fue quien mató a la persona, fue de ese elemento de donde salió el tiro, si bien fue nuestra mano quien pulso el gatillo, sin embargo, debemos pagar también por el solo hecho de no saber tener un revolver, una escopeta porque somos nosotros lo que ocasionamos el mal, porque es nuestra mano la que sostiene el arma. Por eso siempre se pide el arma por que decimos que es lo primero que queremos ver. Aquí en wopumuuin86 el costo o el precio pagado por una persona es diferente. Lo mismo que para Uribia, Tapalajin, Epitsü, es también diferente la forma de pago de por una persona. Entonces las variaciones en el pago sí existen según las regiones como por ejemplo, la región de Nazareth y la Makuira es diferente también.
No es totalmente necesario que el palabrero tenga experiencia en disputas con otras familias, pero si es importante ya que, debido a ello, se adquiere mayor prestigio por que se reconoce como una persona seria y sensata que fue capas de arreglar el problema de su familia con madurez y altura. He sabido de la intervención de la Policía en problemas familiares Wayuu, más no en casos que yo he estado arreglando. Aunque si he visto cuando algunos Wayuu pasan por encima de nuestras costumbres y acuden a la fuerza publica para amedrentar al otro y he visto también que los Wayuu se han enfrentado con los policías y los soldados ocasionándose muertes entre los Wayuu.
Ningún palabrero se va inconscientemente. Para las cosas grandes debe prepararse, para que sea respetado, por eso el debe acostarse, debe preguntarle a sus mayores, a su abuela y decirle, será bueno que me encierren87 para que yo sea respetado. Ya que no conozco a la persona a donde voy llegar entonces será bueno que me hagan una ceremonia de protección para que me vaya bien. El debe solicitarlo, nunca se debe ir irresponsablemente, deben prepararle el camino con un encierro, para que las personas donde él llegara lo reciban bien y lo respeten.
Yo, por lo general, cuando llego donde un Wayuu, así no vaya como palabrero, sé llegar a la enramada de este, me siento en una banqueta si me la ofrecen o bien en un chinchorro. Primero saludo, preguntando como están, converso sobre varias cosas pero nunca digo de entrada primero el objetivo de mi visita, mejor espero a ver si él me comenta algo sobre el problema y es cuando yo lo abordo y le digo que esa es la causa de mi visita y comenzamos a dialogar sobre el tema. Las personas que viven en la casa llegaran a saludarlo y allí se le pregunta. : ¿Que te trae por acá? Después de eso, él contará la forma como llegó allí y lo que lo motivó a llegar a ese lugar, después es cuando él hablará y dirá el motivo de su visita. No lo dirá enseguida, porque un palabrero Wayuu debe ser recatado. Primero tendrán una conversación, preguntando como están por allí, la familia hablará del tiempo y muchos otros temas. Pero nunca dirá en primer lugar el motivo de su visita y si no es conocido se presentará y dirá yo soy fulano de tal , vengo de tal tierra.
Hay mujeres que a veces responden durante un discurso, pero el palabrero habla con una sola persona: el que le está recibiendo la palabra. No le pone atención a cosas que digan individuos diferentes a las personas con la cual está hablando y de quien espera una respuesta. El no le pone atención. Tampoco le reprende, pues quienes deben reprenderla son los mayores de la casa que la mandarán a callar.
La palabra no es un juego, no es un chiste, la palabra es algo que nos enseñan desde niño, como los cuentos, si te narran cien cuentos tú retienes en tu cabeza cien cuentos. La palabra también es así. Ya que hemos sido entrenados para ello memorizas en lo posible y organizas en tu cabeza los argumentos para que las cosas se arreglen de la mejor manera.
Un pütchipü'ü es diferente a una ouutsü,88 ya que la ouutsü tiene buenos sueños, tiene buenos cantos, que le servirá al pütchipü'ü en caso de que pudiera irle mal para donde vaya a arreglar un conflicto, entonces ella le mandará a avisar para que no vaya porque ella ya lo ha visto en sus sueños o también cuando hace su ritual, su aseyuu 89 le avisa para que le diga al Wayuu que no marche a ese sitio, pero también ella canta para que le vaya bien en el camino que emprenda. Esto se lo solicitan al ouutsu para que con su saber le pronostique buenos augurios. El palabrero habla con ella para que lo proteja en el camino que emprenda. Conozco un caso en que se dio muerte al palabrero. Israel Aguilar era un señor que sabia hablar, sabia arreglar los conflictos, porque el buen palabrero debe hablar bien con la parte a que lleva la palabra, a tratar de que su respuesta sea tan buena para ambas partes, para que las dos partes queden conformes y contentos.
Los sueños tienen alma, tienen un espíritu, son sueños que son revelaciones, avisan sobre las cosas. A veces, los sueños avisan sobre cosas que no son muy claras, pero el Wayuu que sabe interpretar los sueños sabe también cuando un sueño dice lo contrario de lo que se debe hacer. Por eso los sueños son tan efectivos ya que se le cuenta al interprete de sueños para realizar de forma correcta lo que en sueños se le ha indicado.”

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